Una línea armoniosa busca ominosamente, planteando crueldades difusas, confundidas por su ceguera casi inmune.
Es razón la cobardía esa, hacia la luz del día y del conjunto nocturno escondido de la luna.
Dice obrar por unidad, pero deforma su propia esencia, esquivando las hojas que relatan crecimiento.
Ver colores entre sombras, confundiendo milagros con deseos.
Mundo privado que se priva de contacto humano necesario, mas desea ser seguido por fieles ninfas y dulces hechizos.
Una nube despejada de sabores, entre almohadas y fantasías queriendo ser compartidas. Desarrolla sentidos que aleja incautivos.
No niega su encierro.
Justicia sin castigo (aparente).
Parte hacia y desde el centro que se encuentra a sí mismo.
Como volcanes en erupción constante, su semblante agobia proximidades. No hay estepas sin cenizas, y no encuentra rito que opaque o siquiera transforme su furia. Sed que agobia es la culpa de buscar sin sentido, algo al menos que tranquilice sus intestinos.
Va columpiando, siempre describiendo; sin poder arribar a puertos que aunque sea marquen un comienzo.
Eterno vagar por espacios también derretidos.
¿Cual es su ciclo y dónde está se destino?
Cercanía invisible con sus propias dudas envueltas en soluciones.
¿Cambiante es la meta inalcanzable? En movimiento encuentra luces que se tiñen entre colores.
Sopa de raciones lentas, a medias su historia cuenta.