lunes, 15 de septiembre de 2008

luces

Mueve la pluma. Inerte. Vacía de sentimientos. Desconectada de esos sabrosos sentimientos que se pierden, queriendo ser encontrados. Realizando movimientos que circulan caos de encierro; encierro de un solo pensamiento, con temor de volverse eterno y etéreo. Contradice sin fe ni conocimiento, enjaulado en un solo sueño. Es verdad lo externo, es temor el quedar interno.
Una línea armoniosa busca ominosamente, planteando crueldades difusas, confundidas por su ceguera casi inmune.
Es razón la cobardía esa, hacia la luz del día y del conjunto nocturno escondido de la luna.
Dice obrar por unidad, pero deforma su propia esencia, esquivando las hojas que relatan crecimiento.
Ver colores entre sombras, confundiendo milagros con deseos.
Mundo privado que se priva de contacto humano necesario, mas desea ser seguido por fieles ninfas y dulces hechizos.
Una nube despejada de sabores, entre almohadas y fantasías queriendo ser compartidas. Desarrolla sentidos que aleja incautivos.
No niega su encierro.
Justicia sin castigo (aparente).
Parte hacia y desde el centro que se encuentra a sí mismo.
Como volcanes en erupción constante, su semblante agobia proximidades. No hay estepas sin cenizas, y no encuentra rito que opaque o siquiera transforme su furia. Sed que agobia es la culpa de buscar sin sentido, algo al menos que tranquilice sus intestinos.
Va columpiando, siempre describiendo; sin poder arribar a puertos que aunque sea marquen un comienzo.
Eterno vagar por espacios también derretidos.
¿Cual es su ciclo y dónde está se destino?
Cercanía invisible con sus propias dudas envueltas en soluciones.
¿Cambiante es la meta inalcanzable? En movimiento encuentra luces que se tiñen entre colores.
Sopa de raciones lentas, a medias su historia cuenta.

2 comentarios:

Alejandra Dimitriadis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alejandra Dimitriadis dijo...

Te leo y tanta prosa hermosa entra por encima de mi enzima. Te felicito por tus trabajos!