sábado, 12 de enero de 2013

surrealismo de un cortito intenso



En una realidad dibujada mentalmente, círculos, triángulos, cuadrados, cubos, pirámides, esferas; verdes tonalidades, rojos, violetas, y sonidos y arcos voltaicos entre nubes blancas y grises sobre fondos en constante cambio de colores: negros, amarillos, celestes, e irrumpiendo el naranja trae a la imagen sensaciones, espacios y mujeres.
Personas, seres moviéndose con propios pensamientos, sentimientos y todo aquello que las hace personas ¿Qué las hace personas?
Aparece una ventana que se cierra y dejan de verse las formas, los colores y la gente moviéndose entre las figuras.  Se siguen escuchando sonidos, pero como distantes, metálicos quizá. 
Vemos la ventana y sentimos su existencia a través de lo que no deja ver, a través del fondo de sonidos y luces que llegan cruzando su velo.  Un velo casi opaco, de terciopelo verde manzana que invita al tacto.
Toco, toco y recuerdo prendas de vestir, pantalones cortos de tela de jean, dejando ver piernas que hablan de placer.  Una mano me hace acariciar esas piernas; me excita y me conmueve, me dejo llevar extasiado por las emociones sentidas.
Aparece un cuerpo completando la figura con la ventana de fondo y una habitación de tres lados; uno la pared con la ventana que nos separaba de las formas, un suelo y otra pared con dos cuadros, no, tres, no, uno, pero cambiando cada vez que pienso en él.  Así veo entonces que faltan dos paredes y un techo, y alrededor se vuelven a abrir los sonidos y las formas, con islas flotantes de tierra y agua por encima y alrededor entre las figuras en dos y tres dimensiones.
Su mano agarra mi mano y me hace tocar su sexo ahora, una piel suave, húmeda por dentro, tibia y confortante.
Toco, toco y veo su figura entera, piernas, manos, brazos, cuerpo y cabeza; ojos, pelo.  Sos vos, quien me desea y a quien deseo.
Me excito más y ya te toco sin que me guíes con tus manos, solo tu movimiento corporal, tus expresiones faciales y tus sonidos.  Me deleito en tu deleite.
Es ahora que nuevos sonidos aparecen a las ya contínuas y anteriores notas únicas. Rugidos como de animales prehistóricos, salvajes.
Me contagio salvajismo, me siento en estado natural.  Salvaje y cortésmente mezclamos nuestras voces en palabras abstractas y surrealistas, condimentando una escena que comienza a expandirse, abriéndose alrededor un espacio sin fondo, conteniendo el eco como en una burbuja y por fuera silencios entrecortados por distantes intermitencias, como estrellas titilando.
Fuego, fuego entre los egos que se funden en el juego.  Dura y dura la escena, como estática a veces, casi quieta entre momentos de movimiento  acelerado.
Se encuentra el punto, y la escena toda con colores, formas, sonidos, texturas y placeres forman una sinfonía que sigue hasta el éxtasis; flashes, fluctuaciones, tacto interno, fluctuaciones, fluctuaciones, fluctuaciones...explota el combo imaginado, saltando en mil astillas la imagen consumida, y la calma, el fondo casi sin eco entre piel y leves roces sonoros, un calor tibio en una idea de paz.

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