"¡Ay pasión del río de la muerte, ven por mí cuando mi reinado sea completo!"
Caminaba a paso firme, dirigiéndose a la escalera. Dando todo por natural: el curso de las cosas, las marcas en los ojos, las paredes altas y grises, el piso frío y frío, el espacio amplio con un eco de intriga y oscuridad llamando al silencio, promoviendo el movimiento del no (negatividad quieta en estado puro).
El curso de las cosas, el movimiento, el tiempo, la ambigüedad.
Sus pies lo dirigen a las escalera, su decisión a la salida. Se abre paso y va, pasando por entre el túnel y sus escalones.
Su idea de ver el reino, su reino, en completo dominio de la unicidad humana. A través de los sentimientos amalgamados creyó ver lo real, y ahora se entera del desastre; lo completo no es todo lo que pertenece alrededor de su existencia, más allá también hay, SIEMPRE.
Seguía marcando el paso, y del oscuro gris ahora se abstraía la negrura como tinta hacia sus pies que avanzaban escalones. La pasión malsana y la atención indiferente...pretendía conocerse y en estruendosa materia corrompía lo negativo, haciendo un molde de destrucción y condenando al suicidio a la población en su persuasión.
Seguía sus movimientos, y
Sin pausa...
...la ambigüedad llegó...
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