hoy

Atrapado en una mezcla de puntos de vista de la vida, de distintas formas de vivir; y así, las acciones y reacciones posibles se entremezclan, se suceden entre lo real y fantasioso, apesadumbrando el espíritu por creer no realizado lo necesario para satisfacerme.  

Lo hecho hecho quedó, y lo no hecho en la mente atrapado queda rebotando.  Pasiones, deseos, sueños, relaciones, palabras.  Acciones.  El verbo que mata, el verbo que enjaula, el verbo inactivo. Siendo pausa,  siendo falso siempre por el no compromiso con al menos una parte de mi sentir.  

Vergüenza y desfachatez, proclamando ideas que necesariamente solicitan cuerpos, diferentes cuerpos para hacer todo lo sentido, quedando marginado por la falta de una realidad propia estable.  

Quedan sensaciones escritas, llegando a lo real compartido por tinta lejana.  Encerrado en un limbo por cambiar de opinión justo antes de concretar el modelo de acción elegido.

Acá estoy, este soy.  Al menos hoy.

reflejos

Dos espejos se encontraron caminando por la lluvia, uno devolvía el sol, el otro alguna luna. Disfrutaron.  Conectaron.  Caminaron.  

Sin nociones de más, no se percataron de ninguna otra cuestión más que del presente propio, en cada tiempo, aunque fuera en un mismo lugar.  Así fue como cada espejo comenzó a mostrar reflejos de otros tiempos, y el otro fue testigo silencioso de aquellas travesías pasadas.

Llegó un momento en que cada uno quiso reflejar algo actual, y no concebían más que un marco, una imagen pasajera de quien enfrente tenían.  No pudieron conectar emociones concretas, no supieron sacarle brillo al presente, y embaucados en ilusiones pasajeras, sufrieron por momentos.

Así pues se desconectó la sintonía, y en el reflejo de al menos uno, fue viéndose un poco la forma del otro ido, siguiendo en el pasado; mas sus manos seguían vivas, y cambiado ahora, en presencia de una forma diferente, algo suyo se levanta, y perteneciendo, camina.

sea

dos secretos que se cuidan

de no verse nunca más

ahuyentando mal amores

relatando sinsabores

un idilio que compensa

a la ciega recompensa

de una ausencia bien marcada

engañada en transparencia

fue el destino quien se vio

violado por las mentes

-de ingenuos comediantes-

parodiando la fuerza

en soberbia de dureza

nulidad/neutralidad

sensaciones arraigadas, caídas, descolgadas.  intentos de arranque; ilusorias, pasajeras emociones.  vaivenes, inestabilidad, palabras sueltas formando una continuidad.  acentuando un entusiasmo, se entrega el ser a una causa, a una imagen que no debe ser soñada ni imaginada, a una idea no pensada, a un sentir decantado tras momentos vividos.  un diamante brillando en ausencia reclamada, en presencia estigmatizada.

Realidades

Desde la cornisa de un espejo, sutilmente caigo hacia un encuentro, enredado en un vaivén de dicotomías silenciosas.  Me encuentro en una cueva, donde hay una imagen encendida, de colores vivos, mas de piedra parecería.  Creo el sentir es el color, como de pájaros que vuelan entre esfuerzo y libertad. 

Yendo en silencio al espacio cautivo, cautivo de sombras que siembran soledad, vislumbro la imagen encendida, es una niña casi enceguecida.  Con ojos cristalinos escucha perdida la oscuridad, creo, entendiendo movimientos, seduciendo en su bondad.  Es la imagen de un alma, perdida entre espacios, entre ecos de pensamientos y divergentes alegorías. 

Se funden momentos, conectando emociones, partiendo de figuras, generando ilusiones.  No pensemos en futuro, vivamos en presente, creyendo el tiempo y el espacio son meros componentes, de una vida entrelazada, de personas y creencias. 

Comprendo vale oro su pasión enceguecida, y entonces prendo fuego mi alma, desatando su sonrisa, exponiendo sentimientos.  Las ganas son sinceras similitudes, de verse reflejada, de sentirse abrazada. 

La cueva toma sentido de refugio compartido, y con luces y sonidos despertamos sueños casi entumecidos.  No esperamos, solo soñamos, solo vivimos entre pasiones y tacto, entre sábanas, tomados de la mano.